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Javier Miguélez, ingeniero de desarrollo de negocio de ASTI.

Automatismos y Sistemas de Transporte Interno (ASTI) es una empresa familiar burgalesa pionera y líder en Europa en la implantación de Vehículos de Guiado Automático (AGVs). Los AGVs son robots capaces de realizar tareas de transporte sin la intervención directa del hombre. Una tecnología que automatiza y optimiza los procesos de logística interna. Estos vehículos han estado presentes en la industria desde hace años pero es ahora, con los avances tecnológicos, sobre todo en el ámbito M2M, cuando cobran protagonismo y se convierten en un elemento clave de la nueva Industria 4.0.

Hace unas semanas, en la primera Global Robot Expo de Madrid, puede ver en acción los AGVs además de conocer y charlar con Javier Miguélez, ingeniero de desarrollo de negocio de ASTI. Pero antes de plasmar  la entrevista, es interesante detenernos en los antecedentes de esta pyme española, de Madrigalejo del Monte (Burgos), a la vanguardia mundial en innovación tecnológica, que vende en 17 países y está dirigida por una mujer.

En 2004 con apenas 25 años, Verónica Pascual Boé, se hizo cargo de la dirección de la empresa familiar, ASTI, fundada en 1982 por sus padres Ángel Pascual y Colette Boé. En 2008 compró la compañía y abrió una filial en Latinoamérica. Actualmente las exportaciones suponen el 60 % del negocio y los clientes son de la talla de Peugeout Citröen, Nissan, Renault, Nestlé, Bimbo o Campofrío. En 2015 el volumen de negocio aumentó un 85 % con respecto a 2014. Verónica Pascual es ingeniera aeronáutica y habla cuatro idiomas.

Los autómatas autoguiados de ASTI pueden mover pequeños paquetes de pocos kilos o cargas de más de 25 toneladas. Los AGVs suponen el tránsito hacía la automatización total de los procesos logísticos. Desaparece el trabajo de carretillero pero aparece un nuevo perfil capaz de controlar el software del robot. Así lo cuenta Javier Miguélez:

“Una de las consecuencias de la Industria 4.0 es que la gente va a tener que estar más formada. Es decir con nuestro vehículo desaparece la carretilla y el carretillero pero necesitas una persona, o más de una persona, que sepa manejar el software de la nueva máquina. La automatización aporta una calidad logística muy importante: el vehículo siempre va por el mismo sitio, siempre va a donde tiene que estar, no deja pales donde le parece bien, no se pierde por el camino, deja la carga donde la tiene que dejar, cuando la tiene que dejar y como la tiene que dejar. Otro factor de peso es que la máquina puede trabajar tres turnos de 24 horas, siete días a la semana, y su mantenimiento no es más costoso que el de una carretilla normal, incluso menor, pero sí que es cierto que necesitas una mayor cualificación.”

La automatización existe desde hace años ¿Por qué ahora hablamos de Industria 4.0?

“Es cierto que la automatización y el tratamiento de la información se hacen desde hace mucho tiempo pero ahora el salto es cuantitativo y cualitativo. Lo importante es que ahora disponemos de muchos más datos y de más calidad, más fiables. En los últimos años se produjo una automatización de los procesos productivos, por ejemplo con robots en la industria del automóvil o los paletizadores en la industria de la alimentación, pero la información que recopilaban no pasaba a un nivel superior. Los datos permanecían dentro de las propias máquinas, no eran útiles. Ahora están ocurriendo dos cosas importantes, por un lado el tratamiento de la información, y por otro la automatización de los procesos logísticos. Este salto ha tenido mucho que ver con la última crisis económica y la flexibilidad que cada vez más requieren los clientes. Cuando hay una crisis económica la gente busca el ahorro.”

¿Qué importancia tiene para ASTI la Industria 4.0?

“Nosotros somos hijos de la Industria 4.0 y nuestro crecimiento depende del crecimiento de esta nueva industria. Nuestros vehículos autónomos son una novedad en el sentido de que el 99% de las empresas de este país no tienen un AGV”.

¿Qué tipo de datos emite un AGV y cada cuánto tiempo?

“Cada dos segundos el robot emite información sobre su posición, la carga que transporta (lee la etiqueta del palé), a qué punto se dirige, cuál es su siguiente orden de trabajo, nivel de batería y  el estado de la máquina en general”.

Vuestro software, además de mostrar datos ¿Puedo tratar esos datos y aportar inteligencia?

“No. Nosotros suministramos el vehículo, la instalación y el software que permite la gestión del vehículo, y también sacar informes de cómo se ha comportado el AGV. Nosotros no le decimos lo que tiene que hacer con esa información o cómo tratarla. Una situación muy habitual con los sistemas AGV es que se crucen con personas, entonces el vehículo se tiene que detener y esto no es eficiente. Nosotros podemos dar una recomendación y es que una persona no puede volver a pasar por ahí, pero es una mejora que debe adoptar el cliente.”

¿Cuánto cuesta un AGV?

“A partir de 12.000 € puede ser lo caro que quieras”.