David Ortega es informático y es artista. Hace tres años descubrió el potencial de Arduino y, de forma natural, lo incorporó a su obra. En la galería José Rincón de Madrid estuvo expuesto su último trabajo, Interruptus, una muestra compuesta por cinco cuadros provocadores y vanguardistas pero, a la vez, elaborados con una de las técnicas más tradicionales, el grabado.
David y yo nos conocemos de la galería de Rincón y también porque ambos somos miembros fundadores de MakespaceMadrid y coincidimos en algunas quedadas.
Además de informática, David estudió Bellas Artes y se decantó por el grabado por una razón muy simple, porque era lo más alejado de la tecnología. Todo cambió cuando conoció Arduino
“La informática me gusta mucho pero siempre estuvo fuera de mi vida artística. Hace unos tres años conocí los arduinos y me di cuenta de su potencial con los sensores. Me di cuenta de que podía aplicar mis conocimientos de informática y, además, pasármelo bien. Aunque soy informático, la parte hardware nunca me había interesado hasta ahora”.
Interruptus es la tercera composición de arte tecnológico de David Ortega y se expuso, en junio de 2013, en la galería José Rincón de Madrid.
“La idea es que el espectador juegue con la obra, se divierta. Que, a parte, de venir a una exposición, forme parte del cuadro. Si no hay un espectador que interrumpe la acción, la obra no tiene tanto sentido. El mensaje es la importancia que tiene la visión del espectador al ver la obra y que la obra cobre sentido cuando el espectador se pone delante».
David mezclas la técnica tradicional del grabado a punzón con una de las tecnologías más vanguardistas, el hardware libre.
«Cada cuadro tiene tres metacrilatos, dos hacen el movimiento y un tercero que se activa cuando el sensor detecta la presencia del espectador. Se produce, entonces, el Interruptus. Los leds iluminan los metacrilatos con luz filtrante. El efecto de luz filtrante se produce porque la luz, cuando atraviesa una superficie transparente, entra recta y brilla al encontrar obstáculos. El arañazo del punzo produce ese brillo en los cuadros. Cada cuadro tiene unos siete metros de tira de leds. El Arduino gestiona el sensor y el encendido de los leds. Los sensores de presencia están en la base. Para componer los bocetos he utilizado un renderizado de malla con software 3D que luego he pasado a 2D. Siempre me han gustado la malla 3D, pero no me interesa el modelado, sólo me interesa la estética. Una vez terminado el boceto, se graba a punzón sobre el metacrilato, un proceso largo y duro».
Para que vean y entiendan mejor el concepto de Interruptus, les dejo un pequeño vídeo:
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David considera que con Arduino se pueden hacer maravillas a nivel artístico, pero siempre teniendo claro el objetivo:
«A mí no me interesa hacer un juguete electrónico, me interesa hacer una obra de arte que use tecnología. Si conoces demasiado la tecnología, como es mi caso, corres el riesgo de perderte y olvídate de lo que estás haciendo o de lo que pretendes hacer. Mi primer trabajo de arte tecnológico es una cajita con un Arduino Pro Mini que gestiona unos metacrilatos que tienen unos ojos grabados. Abres la cajita y los ojos parpadean, guiñan, se mueven, etc. El año pasado usé sensores de ultrasonido y espejos, pero me encontré con el problema de que en espacios muy pequeños unos asesores interferían con otros. Me gusta utilizar la tecnología para lanzar un mensaje, para decir algo. Hay obras que ganan premios pero que son muy conceptuales y, a veces, tan tecnológicas que no dicen nada. Hay que pensar también en el posible comprador, porque el arte tecnológico también hay que venderlo. Hay que hacer algo que a alguien le apetezca tener en casa, que sea fácil de instalar y fácil de entender. Con mis cuadros el posible cliente no tiene que preocuparse de nada, es como comprar una lámpara, se enchufa a la corriente eléctrica y cobra vida».
Para sus próximos trabajos, ya está pensando en nuevos materiales.
“Estoy pensando en utilizar cables electroluminiscentes, son parecidos a la fibra óptica. Estoy dando vueltas a ver cómo los íntegro en mi obra y los controlo con arduinos. También estoy preparando una serie con el título de Pequeñas Batallas, una obra sobre el azar, el juego. Son metacrilatos con luz filtrante pero con una programación más complicada, por ejemplo dos manos jugando a piedra, papel, tijera, a pares y nones, dos monedas que se paran en cara o cruz, etc».
El arte tecnológico en España es aún muy residual, aunque hay galerías, como Max Estrella o Rincón en Madrid, que apuestan decididamente por esta nueva forma de concebir el arte:
«En España no hay, como tal, una feria de arte tecnológico bien conformada, tampoco muchas galerías donde exponer. Sólo se toca de forma somera con alguna instalación o en espacios como Medialab. No hay, aún, artistas a los que empieces a poner nombre por trabajar en esto. Daniel Canogar es muy bueno pero no trabaja con arduinos».
Como les comentaba al principio, David Ortega es también miembro fundador de MakespaceMadrid y está encantado:
“En MakerspaceMadrid encuentras gente que está interesada en lo mismo que tú. Todos deseosos de aprender y ayudar. Me parece impresionante. Me atraía la idea del Medialab, pero allí todo está muy hecho. En Makespace tenemos la oportunidad de integrarnos desde el principio y sentirnos miembro del grupo”.